Venías y sabías que no estaba.
Leías unas letras grises, viejas.
El jardín de lecturas de parejas,
dejado poco a poco se apagaba
Hoy pude ver que la luna jugaba
con los amantes, sombras en las rejas
y te extrañé sabiendo que te alejas,
aquí la soledad, sola se hallaba.
Intenta esperar al motor de tinta
que mezcle el sentimiento con el viento.
Lluvia de versos, la rosa encinta
en un suspiro débil y violento.
Intenta esperar mientras se pinta
de nuevo este vergel de aliento lento.